La vivaz luz del sol y la delicada de la luna crean una cálida atmósfera con el pasar de las horas regalando colores y reflejos inesperados al contacto con el agua.
Las ventanas trilobadas que identifican la fachada principal del Hotel Santo Stefano, narran así su larga historia, que desde 1400 ocupa un lugar privilegiado en la ciudad.
Vencia es como un gran clásico sin tiempo.Las calles, pequeñas y simbólicas, se desenrollan como una madeja de lana mostrando la belleza única de los palacios históricos.